¿Te has parado a pensar en lo que estás haciendo en este preciso momento? Lo más probable es que no, lo haces de una forma automática sin pararte a pensar en ello. «El ritmo de vida actual nos lleva a no prestar nuestra atención en el presente y es ahí, precisamente, donde transcurre la vida. Ni en el pasado ni en el futuro». Así de tajante arrancó la psicóloga Bárbara Tovar su intervención en el club rose, que se celebró ayer 18 de junio en la Fundación Pons, y estuvo centrado en lo que puede aportarnos el Mindfulness para tener conciencia plena en vivir el presente y ayudarnos en el manejo de las preocupaciones cotidianas.

Tovar advirtió que nuestro cuerpo no está preparado para un estrés mantenido en el tiempo. Nos desgasta tanto psíquica como físicamente y la parte más tóxica del estrés es la preocupación. «El cansancio de un disgusto o una preocupación es mayor que el físico, y el cansancio psicológico no se repara», señaló. «Muchas veces nos preocupamos porque pensamos que si no lo hiciéramos seríamos unos irresponsables y erróneamente pensamos: si no me preocupo, cómo se va a solucionar», explicó.

Vivimos inmersos en la multitarea y no centramos nuestra atención en ninguna, «nos estamos convirtiendo en unos yonkis de la estimulación», señaló Bárbara Tovar. Y es preciso que cambiemos nuestra actitud del «estar en el hacer» para centrarnos en «estar en el ser» porque ese es el único modo que tenemos las personas para cargar nuestras «baterías». Para llegar a este estado solo tres palabras: sentarse, reposar y observarse para estar con uno mismo. «Cada uno es su propio instrumento para afrontar la adversidad. Por eso, cuanto mejor estemos, mejor podremos hacerle frente».

La vida es la suma de momentos. Hay que centrarnos en ellos porque si no dejamos de disfrutarlos; «cuando automatizamos algo, dejamos de percibirlo», comentó. La presencia en las cosas es fundamental porque «nos daña más la falta de presencia en lo que estamos haciendo que la gran cantidad de trabajo. Si estamos presentes en la tarea que realizamos, ya la damos un significado».

«Las prisas nos hacen vivir de una forma más desconectada y desconectamos de los demás. Nos hacen no mirar a los ojos a los demás» y «no se trata de esperar a ciertos momentos del día para disfrutar sino de hacer las cosas con atención plena», explicó.

Bárbara Tovar instó a las socias del club rose a que aprendieran a ceder y no se aferraran a la preocupación. Les advirtió que para liberarse de ella también es preciso relajar el cuerpo: «no se puede soltar en un cuerpo tenso». También quiso recalcar que «un porcentaje importante de lo que nos preocupa es mentira o no existe porque nuestra mente fabrica pensamientos de ciencia ficción».

Para concluir, Tovar recomendó a las asistentes que sientan el momento presente y no esperen a las vacaciones o al verano para disfrutar sino que vivan con esa actitud todo el año. No debemos aferrarnos a las cosas porque no somos lo que tenemos, «somos sembradores, si se pierde se vuelve a sembrar».

Y su último consejo: para estar conectados con nosotros mismos solo hace falta respirar…

 

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