Ser investigador es un trabajo muy particular y, a menudo, desconocido. Su papel en la lucha contra el cáncer es muy importante. Pero, ¿conocemos de verás su trabajo?

La Fundación CRIS contra el Cáncer ha organizado un encuentro original en ocasión del Día Internacional del Cáncer Infantil, el pasado 15 de febrero. El colegio Josep Tarradellas de Madrid ha abierto sus puertas a investigadores para que organicen talleres con el fin de divulgar sus actividades.

Una de las actividades ha sido ‘una carrera de relevo de células’.  Aquí, los niños tuvieron que copiar células con plastilina y entender así las alteraciones que se producen en las células que causan el cáncer. También han participado en el ‘Juego de la división’, donde las células tumorales no respetan las reglas y se saltan los mecanismos de control del cuerpo. Por último, han podido entender que cada persona es única y diferente debido a su materia genético gracias a la extracción de ADN de la boca de cada uno de los estudiantes.

Los niños son nuestro futuro, y la organización de talleres como estos les permite entender una realidad muy presente en nuestra sociedad. Sin el papel de los investigadores no se puede avanzar en la lucha contra el cáncer. Aunque no deberíamos olvidar a las personas, tema que nos ocupa en nuestra revista.

La Fundación CRIS contra el cáncer tiene previsto invertir 740.000 € en 2017 en investigación en cáncer infantil. En septiembre piensan abrir en el Hospital La Paz de Madrid la Unidad CRIS de Terapias Avanzadas en cáncer infantil; será la primera en España, y el Dr. Antonio Peréz, investigador y oncólogo en La Paz,  la dirigirá.

Nos cuentan desde la fundación que «estará formada por especialistas de diferentes campos de las distintas áreas médicas, como inmunólogos, farmacólogos, patólogos, hematólogos y cirujanos; así como hemato-oncólogos infantiles, junto con investigadores (biólogos, bioquímicos, genetistas y bioinformáticos). Los objetivos serán mejorar el diagnóstico, el tratamiento y el seguimiento de los niños con cáncer que no responden a los tratamientos convencionales y ofrecerles alternativas basadas en una medicina personalizada, de precisión, atendiendo variables genéticas e inmunológicas. De esta forma, se aunará la investigación preclínica con el diseño de ensayos clínicos tempranos”. Y añaden: “Esta unidad es muy necesaria, y tiene sentido en este momento porque estamos ante una urgencia sanitara, ya que el cáncer es la primera causa de muerte por enfermedad en la población infantil».

Estos proyectos están demostrando, a través de ensayos clínicos con niños, la eficacia de las terapias celulares que actúan sobre el sistema inmune directamente, potenciando las defensas naturales del cuerpo. El Dr. Antonio Pérez comenta: «hemos comprobado cómo las células NK son muy eficientes destruyendo células infectadas y tumorales. En los ensayos clínicos de este grupo se están extrayendo estas células de pacientes, se activan para hacerlas más eficientes y se multiplican para poder infundir grandes cantidades de estas células a los niños con cáncer con unos buenos resultados; un 30 % de estos pacientes sin tratamientos o resistentes a él se han beneficiado satisfactoriamente de estas terapias”. A lo que argumenta:»El paso siguiente es combinar las células NK con células T de memoria, que son células que durante su vida ya se han enfrentado a una amenaza, es decir, un tumor y se han convertido en veteranas en la lucha contra este enemigo».

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